CARNE FRESCA, PERO NO TAN FRESCA
Es imprescindible madurar la carne para ganar jugosidad
Si tras el sacrificio del animal la carne destinada al consumo no se deja reposar, el resultado es un producto duro y fibroso. Para que este alimento sea agradable al paladar, debe pasar un tiempo desde el sacrificio hasta el consumo. Este periodo varía en función de la carne: unas horas para la de pollo y algunos días para la de vacuno u ovino. Así se obtiene un producto con un aspecto, sabor y dureza óptimos para el consumo.