CHILE POBLANO, SABOR MEXICANO DE CUARESMA

México es centro de origen, domesticación y diversificación de la variedad Capsicum annuum, especie de planta a la que corresponde el chile poblano.

El nombre de este alimento proviene posiblemente de haber sido cultivado en sus inicios dentro de los valles del estado de Puebla, y forma parte de una preparación emblemática de esta entidad: los chiles en nogada. Sin embargo, en varias cocinas tradicionales regionales de México es el rey de los chiles para ser rellenado, tanto fresco como seco, en cualquier época del año.

La temporada de mejores frutos para este chile corre de enero a febrero y de mayo a octubre, y su producción anual es de dos millones de toneladas a nivel nacional. Por ello, en esta edición lo destacamos como un alimento perfecto para preparar durante la época de vigilia, ya que los mexicanos aprovechamos el chile poblano asado para retirarle la piel y las semillas y cortarlo en rajas (tiras) para rellenar tacos, tamales o como complemento de guisos; molido lo usamos en salsas, como base o condimento de chileatoles, caldos, sopas, arroces, pastas o guisos caldosos; y abierto puede ser rellenado.  

En general, el chile es rico en vitamina C, lo cual ayuda a prevenir enfermedades respiratorias, así como en vitamina A que ayuda a la visión y mantener una piel saludable.

Receta de chile relleno de queso

Ingredientes

  • 6 piezas de chile poblano
  • 1/2 kilo de queso Oaxaca
  • 5 piezas de huevo
  • 1/4 de taza de harina de trigo
  • 1 taza de aceite vegetal para freír
  • 1 kilo de tomate rojo
  • 1/2 pieza de cebolla chica
  • 2 dientes de ajo
  • 3 tazas de caldo de pollo
  • 1 cucharadita de sal

Preparación:

Los chiles se asan, pelan y abren con cuidado para rellenar, se despepitan, desvenan, lavan y secan. El queso Oaxaca se desmenuza y se rellenan los chiles.

Las yemas de huevo se baten muy bien con un poco de sal; las claras se baten a punto de turrón y se mezclan con las yemas en forma envolvente. Los chiles rellenos y asegurados con un palillo se pasan por el huevo y un poco de harina, se fríen en aceite bien caliente, se escurren y se van poniendo sobre papel absorbente.

Colocar los tomates, cebolla, ajos y una taza de caldo de pollo en la licuadora y moler perfectamente. Freír la salsa de tomate por unos 10 minutos hasta que empiece a espesar, agregar sal al gusto. En un plato plano servir el chile relleno con el caldillo caliente.

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