Limpieza de cajas de ventilación y conductos para prevenir la propagación de incendios

Las cocinas industriales deben contar con sistemas extractores de humo y ventilación. Además, estos equipamientos ayudan a aspirar partículas de grasa y aceites en suspensión, así como también los productos procedentes de la combustión.

De esta manera, se libera el ambiente de la cocina de humo y otros componentes nocivos, evitando no solo la proliferación de bacterias, sino también el mal olor. Sin embargo, todo lo extraído por los sistemas de filtrado o ventilación, queda acumulado en las cañerías, volviendo imprescindible mantener la limpieza de los conductos horizontales y verticales, así como de cajas de ventilación para evitar la propagación de incendios.

¿Por qué se debe hacer un mantenimiento a los sistemas de extracción?

Tanto las campanas extractoras, modulares o de recirculación, en sus diferentes formatos, al extraer los componentes generados en las cocinas industriales, acumulan el excedente a lo largo del recorrido de sus conductos verticales y horizontales.

Se trata de sistemas indispensables para todo tipo de establecimientos que cuenten con artefactos para preparar alimentos en gran cantidad, tales como restaurantes, hoteles, colegios o cafeterías.

Los gases que son expulsados con estos sistemas de extracción, quedan impregnados en las paredes de las cañerías, por lo cual requieren de una limpieza periódica. De lo contrario, se corre un alto riesgo de incendio, debido a que son agentes altamente inflamables.

Cuando los conductos horizontales y verticales de los sistemas extractores cuentan con sus superficies cubiertas de grasa, comienzan a adherirse en capas que, ante el menor descuido, pueden ocasionar un incendio en todo el establecimiento, ya que el calor vuelve líquida la grasa, facilitando su expansión a lo largo del recorrido de los conductos.

Por lo tanto, no solo es fundamental mantener las campanas limpias por fuera, sino más aún por dentro, para evitar la propagación de incendios y, a su vez, daños materiales y humanos.

La suciedad acumulada en conductos verticales y horizontales, así como también en cajas de ventilación y sistemas de filtrado, dificultan el funcionamiento efectivo de la extracción y la distribución de aire.

La adhesión de grasa en las superficies provoca un taponamiento que no permite la correcta circulación, haciendo que los equipamientos trabajen de forma forzada e ineficiente. En consecuencia, el gasto de energía es mayor y, al absorber solo parcialmente los gases nocivos, se puede generar mal olor y afectar al personal de trabajo y a los presentes en el establecimiento.

Por el contrario, al realizar un mantenimiento periódico con un equipo profesional en el sector se mejora el rendimiento en la extracción y se garantiza la seguridad de todos los recursos humanos y materiales.

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