SUPERFICIE DE CULTIVO DE AGUACATE ES MAYOR A LA DE MANEJO FORESTAL

En México, hoy resulta “dramático que la superficie dedicada a plantaciones de aguacate haya superado a la de manejo forestal”, planteó el académico de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, José Antonio Benjamín Ordóñez Díaz.

El también director e investigador de la asociación civil Servicios Ambientales y Cambio Climático (SACC) señaló que los proyectos forestales son más pequeños que los de transformación del entorno, como ocurre en Michoacán, donde 130 mil hectáreas producen ese fruto, mientras que el aprovechamiento de los bosques se ha quedado detenido.

La transformación de estos bosques y otros ecosistemas para establecer cultivos agrícolas ha tenido un costo alto y ni siquiera tenemos autosuficiencia alimentaria. La producción se enfoca en la fresa, aguacate o caña de azúcar, pero no en maíz, que está en el olvido, y se ha descuidado el uso de organismos genéticamente modificados que pueden vulnerar al maíz criollo, dijo.

Al ofrecer la conferencia “Mercados de carbono: oportunidades y riesgos”, en el auditorio del Jardín Botánico del Instituto de Biología, recordó que cada uno de los campos de investigación, desarrollo, alimentación y ciencia del mundo requieren una cantidad mayor de energía.

En ese sentido, dependemos del carbón: por ejemplo, todos los días se consumen aproximadamente 22 millones de toneladas métricas (que pueden cubrir la isla de Manhattan), cada 15 segundos se puede llenar una alberca olímpica con el petróleo que se requiere (92.7 millones de barriles al día) y existe un consumo de una milla cúbica cada 11 horas de gas natural. En contraste, la energía renovable, como la geotérmica o hidroeléctrica, apenas atiende al 10% de la demanda mundial.

Tenemos más de un trillón de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2) extra, que antes no existía en la atmósfera, y eso promueve un desbalance térmico que incrementa la temperatura. De ahí, el problema del cambio climático y la meta de tratar de evitar que se rebase un aumento neto de dos grados, explicó el científico.

Por ello, se apuesta a la captura o almacenamiento de carbono, donde los ecosistemas y organismos vivos pueden ayudar. “A partir de la necesidad de mitigar las emisiones contaminantes, se desarrollaron los mercados de carbono, que surgen a la par de un manejo forestal fuerte en el mundo”. En EU y Canadá se establecieron medidas de certificación que tienen que ver con el Forest Stewardship Council y han mejorado sus masas forestales.

“Hay que administrar mejor nuestros recursos, formar a especialistas, integrar el conocimiento que generan las instituciones académicas y de investigación, establecer mecanismos de seguimiento y transparencia para hacer proyectos más grandes y alcanzar en conjunto más metas”, finalizó.

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