FRUTA APTA PARA EL CONSUMO DURANTE MÁS DÍAS

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Los alimentos mínimamente procesados en fresco están incrementando su presencia en el mercado agroalimentario

También crece la investigación para lograr alargar su vida útil, manteniendo todas las características de calidad y seguridad alimentaria, especialmente en frutas y hortalizas.

El carácter perecedero de estos productos es especialmente mayor en los formatos de fruta cortada, cada vez más demandados debido a su comodidad. Una de las líneas de investigación en este campo es la combinación de las tecnologías de envasado disponibles con nuevos sistemas activos para lograr un producto nuevo, de alta calidad y más natural, con niveles de aditivos bajos o nulos.

La tecnología de envase activo puede reducir el conjunto de tratamientos a aplicar a los productos y, de esta forma, satisfacer la demanda del consumidor de un producto seguro y de calidad, con una mínima o nula adición de productos químicos. En este sentido, se están identificando compuestos de origen natural como componentes activos para la conservación.

Envases activos para las nectarinas de cuarta gama

La Universidad de Zaragoza participa en un nuevo proyecto de envases activos para frutas, en concreto, en un envasado activo de nectarinas de cuarta gama. El objetivo es conseguir alargar la vida útil de esta fruta mínimamente procesada en fresco y favorecer su comercialización. Además se busca que el nuevo envase garantice la seguridad microbiológica del producto por un periodo de tiempo mayor, y que mejore las propiedades sensoriales del producto final conservando la textura, sabor y aroma originales.

Los investigadores de la Universidad de Zaragoza colaboran en este estudio con expertos de la empresa coordinadora del Proyecto (Artibal), la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria (AIDIA, gestora del CITA La Rioja), y el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA). Además, se contará con la colaboración de la Universidad Politécnica de Cartagena.

El propóleo: una alternativa natural para la conservación de la uva

Un equipo de investigación ha conseguido obtener una uva apta para el consumo durante más días. La clave reside en recubrir la uva con un film comestible, imperceptible para el consumidor, hecho a base de propóleo, una sustancia natural que elaboran las abejas a las que se le atribuyen diversos efectos beneficiosos para la salud.

El proceso para recubrir la uva consiste en sumergirla en una solución de propóleo que queda adherida a su superficie garantizando así la persistencia de esta sustancia con propiedades antioxidantes.

El efecto conservante que aporta el propóleo puede ser por tanto una alternativa natural a los productos que se utilizan habitualmente para conservar este fruto. Además, la uva recubierta con el film de propóleo se conserva mejor que la no recubierta, ya que se reducen las pérdidas de agua y, por tanto, de peso, y tarda más tiempo en deteriorarse.

En cuanto a la aceptación sensorial del producto el grupo de investigación realizó un análisis organoléptico con uvas sin recubrir y recubiertas con diferentes niveles de propóleo con el fin de definir qué dosis sería la más conveniente añadir, pensando en su aplicación para sacar nuevos productos al mercado. Los investigadores comprobaron que al incorporar el propóleo a soluciones comestibles sin sabor, se reduce notablemente el sabor desagradable propio del propóleo por lo que se mejora su apreciación sensorial al aplicarlo a alimentos.

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