FACTORES DE RIESGO PARA EL TRABAJADOR EN MÉXICO
En México el 85% de las empresas son “tóxicas”, es decir, con entornos de trabajo que promueven la ocurrencia de diferentes factores de riesgo ocupacional, afirma Erika Villavicencio Ayub, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
En un artículo publicado en UNAM Global, la especialista menciona entre esos factores de riesgo las cargas de trabajo mal distribuidas, estilos de liderazgo negativo, violencia laboral entre pares o del líder hacia su equipo de trabajo, jornadas poco sanas, mala ergonomía y estrés laboral.
De acuerdo con los estudios que realizó en el laboratorio de Salud Ocupacional en organizaciones mexicanas, resalta que en los últimos 20 años “se normalizaron” las malas condiciones de trabajo y el impacto en la salud es, en muchos casos, irreversible.
La coordinadora e investigadora de Psicología Organizacional de la FP refiere que el panorama mundial está orientado a atender el tema de salud ocupacional en las organizaciones. “México tiene índices de estrés laboral importantes, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos México ocupa el primer lugar, seguido de Japón y Estados Unidos”.
La fórmula laboral no es la más adecuada y lleva a tener condiciones de trabajo tóxicas que conducen al estrés laboral y otras afectaciones, como violencia laboral, adicción al trabajo, etc.
Lo anterior deriva en trastornos orgánicos, físicos, psicológicos y de relaciones interpersonales.
El pasado 23 de octubre entró en vigor la Norma Oficial Mexicana 035-STPS-2018 “Factores de riesgo psicosocial en el trabajo, Identificación, análisis y prevención”, mejor conocida como NOM 035, que obliga a toda empresa, ya sea pequeña, mediana o grande, a atender cualquier situación negativa en su personal.
Pueden ser desde desórdenes de sueño y ansiedad hasta el estrés, para reducir su impacto y, en la medida de lo posible, erradicarlo o evitarlo.
Erika Villavicencio considera que el reto es atender el desconocimiento sobre la NOM-035, pues hay países latinos que ya llevan 10 años atendiendo el problema.
Por el lado de los patrones y empresas el reto es llevar al cabo la norma estratégicamente para que se vuelva una inversión y medir cómo impacta en la productividad o buscar el mero cumplimiento. “Se incidirá en la cultura del trabajo, en corregir dolencias de la organización, formar líderes con habilidades que influyan en el resto del equipo, hacer análisis de las funciones, con mecanismos de recepción de quejas, todo a la medida de cada realidad organizacional”.
Asimismo, continuó, a mediano plazo habrá impactos en la productividad, menos rotación y mejores rendimientos. Sin embargo, lo que más sobresale del tema desde que entró en vigor es la psicosis generada en las empresas por el tema de las multas.
Al respecto, Erika Villavicencio consideró que lo primordial es sensibilizar a todos, empezando por el equipo gerencial y directivo.
Añadió que se debe implementar un comité con varios involucrados que dé el impacto necesario, establecer una política de prevención de riesgos psicosociales, con obligaciones para ambas partes.
También promover un entorno organizacional favorable y sumarse a un ambiente de no violencia laboral.
“Hay que entender que un trabajador es más productivo de manera sostenible, cuando le damos la oportunidad de atender su área personal (la familia, recreación, ejercicio)”, concluyó.